ES POSIBLE Y ESTA EN NUESTRAS MANOS
Dra. Ninoska Ocampo Barba*
Dra. Ninoska Ocampo Barba*
La Enfermedad de Alzheimer es un tipo de demencia capaz de trastornar no solo la vida del paciente, sino fundamentalmente de la familia o entorno inmediato y frente a esto el primer obstáculo es la desinformación.
La falta de conocimiento de lo que esta enfermedad hace con el paciente y la dinámica de relación que paulatinamente se va desarrollando entre los que conviven con la enfermedad hace que al final de camino todos y cada uno de los involucrados voluntaria o involuntariamente, recientan sensaciones de frustración y culpa considerablemente fuertes.
Si partimos del hecho de solo podemos hacer frente a la enfermedad con el conocimiento profesional y humano de la misma, debemos encaminar nuestras acciones a todos los posibles frentes de batalla y estos son básicamente cuatro:
1. El plano científico
Alentador y desolador al mismo tiempo por los esfuerzos realizados en investigación y los avances tecnológicos puestos a su servicio pero que dan cuenta de la necesidad de mayores descubrimientos y revelación de incógnitas que se traducen en la necesidad de el tiempo por delante que no tienen la mayoría de los pacientes.
2. El plano profesional
Preocupa, en este sentido la cobertura de especialistas no solo en ciudades capitales sino también intermedias y la capacitación del personal paramédico, ambas instancias necesarias para mejorar la condición y retrasar la evolución de la enfermedad.
3. El plano familiar
Es significativamente importante preservar la salud y estructura de la familia del paciente con Alzheimer por el sustento que esta representa, ya que de ella depende, en la mayoría de los casos, la calidad de vida del paciente. Es por esta razón que el familiar debe ser atendido en la misma proporción que el enfermo desde especialidades y ciencias tanto de la salud como del comportamiento a fin de velar por la integridad y bienestar de todos aquellos que rodean al paciente y a quienes el paciente afecta.
4. El plano social
No pueden quedar indiferentes y alejados de esta extensión de conocimiento sobre la enfermedad de Alzheimer todas las instituciones de reproducción social como son las instancias públicas, instituciones educativas, los medios de comunicación ya que de ellos y su accionar depende la sensibilidad comunal.
Si reflexionamos sobre estos frentes de batalla, tomaremos conciencia de que poco puede hacer el ciudadano de a pie por el primero de ellos pero si puede actuar de manera comprometida contra las consecuencias del Alzheimer en los tres restantes planos.
Las acciones, en consecuencia, en esta lucha contra los efectos del Alzheimer en el propio paciente y la familia deben encaminarse a: la capacitación de recursos humanos, la atención a las necesidades físicas, psíquicas y materiales de los pacientes, la orientación y apoyo a los familiares, la sensibilización de las instituciones sin perder de vista a los actores del futuro “niños y jóvenes” que serán los directos responsables de enfrentar esta enfermedad en los años de mayor recrudecimiento y adelantos.
Mejorar la calidad de vida de los involucrados directos e indirectos de la enfermedad de Alzheimer, es posible y está en nuestras manos.
* Directora del Capítulo Santa Cruz de la AAB.
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