Nos atrevemos a incluir y sugerir la lectura del Libro Hábitos y actitudes: Cuando la palabra hiere… del connotado Doctor boliviano Ricardo Castañón Gómez, quien nos presenta este impreso luego de varias décadas dedicado a la investigación de la neuropsicología cognitiva, en lo específico a partir de la palabra no sólo como el medio de comunicación más importante sino sus efectos en el cerebro y la conducta.
Castañón, en la primera parte de su libro nos define las características del cerebro, haciendo hincapié en la memoria y sus características, el aprendizaje, los hábitos, actitudes esquemas mentales y huellas neurales, la cognición y lóbulos frontales, la palabra el lenguaje, el cerebro y el lenguaje, que se halla estrechamente relacionados con la enfermedad del Alzheimer, por lo tanto, la revisión del texto nos permitirá conocer mejor cómo es este órgano atacado por la enfermedad.
Respecto a la memoria, el autor menciona su sorpresa respecto a nuestra capacidad de aprendizaje que desarrollamos y que se relaciona al entorno y nosotros mismos, la (…) memoria o capacidad mnémica, que nos permite retener o almacenar en algún grado dicha información o conocimiento” y que determinará nuestra vida. A esto añadirá modelos, la diferencia entre memoria explícita y implícita, condicionamientos y los tiempos; no obstante el conocer la “ciudadela cerebral”, nos introduce en un mundo tan complejo y apasionante que somos nosotros mismos.
No obstante, cuando menciona que “las palabras son un reflejo del alma, un transmisor de aquello que anida el corazón”, nos involucrará en la inspiración del título de su libro, preguntándose ¿por qué herimos?, dando una serie de categorías a los actos que muchas veces proferimos consciente o inconscientemente. “Se hiere el honor imputando deshonra a la conducta intachable de un colega, sólo porque alguien le tiene envidia”, añadirá Castañón, “más de treinta años de trabajo clínico, de investigador y conferencista, me han demostrado que los que más critican o murmuran “son los que más viven aquello que critican y son víctimas de aquello que acusan”, como una locuaz respuesta a quienes se envilecen con el intento de dañar a los demás.
Castañón, en la primera parte de su libro nos define las características del cerebro, haciendo hincapié en la memoria y sus características, el aprendizaje, los hábitos, actitudes esquemas mentales y huellas neurales, la cognición y lóbulos frontales, la palabra el lenguaje, el cerebro y el lenguaje, que se halla estrechamente relacionados con la enfermedad del Alzheimer, por lo tanto, la revisión del texto nos permitirá conocer mejor cómo es este órgano atacado por la enfermedad.
Respecto a la memoria, el autor menciona su sorpresa respecto a nuestra capacidad de aprendizaje que desarrollamos y que se relaciona al entorno y nosotros mismos, la (…) memoria o capacidad mnémica, que nos permite retener o almacenar en algún grado dicha información o conocimiento” y que determinará nuestra vida. A esto añadirá modelos, la diferencia entre memoria explícita y implícita, condicionamientos y los tiempos; no obstante el conocer la “ciudadela cerebral”, nos introduce en un mundo tan complejo y apasionante que somos nosotros mismos.
No obstante, cuando menciona que “las palabras son un reflejo del alma, un transmisor de aquello que anida el corazón”, nos involucrará en la inspiración del título de su libro, preguntándose ¿por qué herimos?, dando una serie de categorías a los actos que muchas veces proferimos consciente o inconscientemente. “Se hiere el honor imputando deshonra a la conducta intachable de un colega, sólo porque alguien le tiene envidia”, añadirá Castañón, “más de treinta años de trabajo clínico, de investigador y conferencista, me han demostrado que los que más critican o murmuran “son los que más viven aquello que critican y son víctimas de aquello que acusan”, como una locuaz respuesta a quienes se envilecen con el intento de dañar a los demás.
Un libro que vale la pena que esté en nuestra biblioteca, y puede ser conseguido en las Librerías Don Bosco y Paulinas, respectivamente, en Bolivia. Mayores datos http://www.espsanto.org/
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